La empatía es una cualidad especial que nos permite comprender los sentimientos y las vivencias de los demás. Nos ayuda a entender las heridas emocionales y los traumas que enfrentan las personas que nos rodean. Pero es crucial entender que comprender el dolor de otros no significa que debamos permitir que nos lastimen o que justifiquemos ese dolor.
Entender y sentir empatía hacia las luchas y heridas emocionales de otra persona es un acto humano lleno de compasión. Sin embargo, esta comprensión a veces nos hace inclinarnos a tolerar situaciones o comportamientos dañinos hacia nosotros, pensando que entendemos las razones detrás de esas acciones.
Es importante tener en cuenta que sentir empatía no significa sacrificar nuestro bienestar emocional. Aunque comprendamos el sufrimiento de alguien, no debemos aceptar el daño que puedan causarnos. Establecer límites saludables es clave para cuidarnos y mantener una buena salud mental y emocional.
La empatía y establecer límites van juntos. Ser empáticos no implica dejar que nos lastimen una y otra vez. Se trata de entender a los demás sin cruzar los límites de lo que es bueno y saludable para nosotros. Es como comprender sus experiencias mientras cuidamos nuestro propio bienestar emocional y mental.
Establecer límites saludables es un acto de amor propio y autenticidad. Es decir «no» cuando lo necesitamos para proteger nuestra tranquilidad y mantener nuestra dignidad. Hacerlo nos ayuda a tener relaciones equilibradas y buenas tanto con nosotros mismos como con los demás. Aprender a poner límites puede ser difícil si nos han enseñado a complacer a otros o a ignorar nuestras propias necesidades. Aun así, es muy importante para crecer como personas y cuidar nuestra salud mental y emocional.
Entender y ser compasivo con el dolor de los demás es bueno, pero no debemos dejar que eso nos lastime y nos haga tolerar daños o comportamientos perjudiciales hacia nosotros mismos. Es crucial fijar límites para cuidar nuestras emociones y bienestar.
Herramientas prácticas:
Escucha activamente: Presta atención a lo que la persona dice y cómo se siente. Haz preguntas para entender mejor su situación.
Validación emocional: Reconoce y valida los sentimientos de la persona. Expresar comprensión hacia sus emociones les hace sentir escuchados y comprendidos.
Comunicación asertiva: Establece límites de manera clara y respetuosa si te sientes incómodo o afectado por la situación. La empatía no implica tolerar el abuso emocional o físico.
Autocuidado: Practica el autocuidado para mantener tu bienestar emocional. Tómate el tiempo necesario para recargar energías, establecer límites saludables y buscar apoyo cuando sea necesario.